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 Finalmente, sentados en lo alto de una duna, dejándose embaucar por la magnificencia de un bello paisaje, desolado, casi infinito, el niño, víctima de su inquieta e imberbe edad, no pudo evitar romper el silencio:

 

- Papá. ¿Qué es la vida?

 

 El padre, en silencio, cogió un puñado de arena y la dejó escurrirse sin más entre sus dedos.

La vida
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